lunes, 20 de diciembre de 2010

No debieron hacerlo

No hubiera sido lo mismo la historia de ese tipo
sin los dos años de cárcel, la pistola,
el coche y aquella tienda.
Tampoco en la otra esquina
sin aquellos hombros blandos,
los ojos dóciles
y ese séquito de blancos cantarines.
No eran el mismo hombre. Años luz. La misma ciudad.
Otros planetas.
Uno surcaba el aire con pinceles y
el otro tallaba piedras a mordiscos.
Si se miraron junto a aquel tipo bajito que les juntó las manos
fue un error, un accidente.
Pudieron evitarlo como tantas otras veces.
No lo hicieron.
Un segundo mal contado,
una reacción inoportuna,
un colapso en el pulso, repentino.
La alarma de incendios.
Llamadlo como queráis.
No debieron hacerlo.
Y lo sabían.
Qué vieron no lo contaron.
Pero algo fue. Seguro.

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