martes, 31 de julio de 2018

Para poder mirarte el culo

Ya veré cómo lo hago.
Probablemente te diré que me he olvidado algo,
que te adelantes,
que enseguida te alcanzo.
O me quedaré unos segundos ausente
en el reflejo de un escaparate a nuestro paso,
sin mirar el producto,
contando sin contarlos los segundos suficientes,
sorprendiéndome a mí mismo con mi imagen reflejada.
O haré, quizá, más fácil,
el gesto de agacharme para atarme los cordones.
El margen de tiempo hasta que te percates
de que no te sigo pegado puede ser suficiente.
O quizá te diga, simplemente,
que camines por delante,
unos pasos,
entre tres y cinco metros, no más, 
porque si no necesitaré las gafas de lejos y no las llevo,
para poder mirarte el culo.