viernes, 13 de mayo de 2011

Puedo empezar de nuevo

Se pulió
veinte noches
de victoria
en dos semanas
por el mundo,
más mujeres que comidas
y un avión con la vuelta
pagada de antemano.
Regalaba las botellas
de champán
a todos los que le pedían
un autógrafo,
aunque no supieran bien
su nombre,
si era un héroe,
un jugador en horas altas
o un millonario desquiciado.
No le importó.
Con cada beso
que compró
se vengaba,
contó después,
de aquellas veinte noches
en las que se jugaba el tipo mientras
su mujer lo engañaba.
Y ahora que ya lo he perdido todo,
anunció en París,
la última madrugada,
soltándose del brazo de dos putas,
puedo volver y empezar de nuevo.
Ya no tengo nada
que pueda venir a pedirme su abogado.