viernes, 12 de julio de 2013

Las estrellas se apagaron azules


Quiso leer entre líneas
en las palmas de sus manos
y encontró una ventana
con estrellas que brillaron
azules.

¿Dónde irás, ahora, que no vas?
Le soltó acariciando el dorso,
las falanges,
el roce de la uñas.
Leyendo el mensaje
sin codificar
de su mirada.
Al otro lado
de la ventana
y de unas estrellas que se entornaban
azules.

Y volvió a la canción
que le mostró,
repetida, reincidente,
que se filtraba
tras la ventana
donde las estrellas
ahora
se apagaron
azules.

domingo, 7 de julio de 2013

Pero no funcionará


Y lo trajo,
como quien no quiere la cosa,
oculto entre las manos.
Convertidas en una esfera, una palma sobre la otra
ahuecadas para dejar hueco.
Escondido y protegido
ahí donde el frío no existe
y el dolor no se puede acercar.
Lo trajo caminando
a pequeños pasos
con la vista
colándose por las rendijas de los dedos.
Asegurándose de que seguía ahí
cada diez metros,
de que no se escaparía,
de que nadie podría tocarlo
porque lo llevaba resguardado
contra todos.
Segura de que nadie
llegaría hasta él,
si lo cubría así,
dejando que se intuyera
pero que no se viera.
Pero no funcionará
tampoco ahora.
Lo sé.
Como sabes tú que
en algún momento
tendrás que abrir las manos.