domingo, 7 de julio de 2013

Pero no funcionará


Y lo trajo,
como quien no quiere la cosa,
oculto entre las manos.
Convertidas en una esfera, una palma sobre la otra
ahuecadas para dejar hueco.
Escondido y protegido
ahí donde el frío no existe
y el dolor no se puede acercar.
Lo trajo caminando
a pequeños pasos
con la vista
colándose por las rendijas de los dedos.
Asegurándose de que seguía ahí
cada diez metros,
de que no se escaparía,
de que nadie podría tocarlo
porque lo llevaba resguardado
contra todos.
Segura de que nadie
llegaría hasta él,
si lo cubría así,
dejando que se intuyera
pero que no se viera.
Pero no funcionará
tampoco ahora.
Lo sé.
Como sabes tú que
en algún momento
tendrás que abrir las manos.

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