sábado, 13 de noviembre de 2010

Habla después de la señal

Se agita el avión ya en la pista mientras apuro el gintonic.
La última vez que viajé en primera se me olvidó sacarle partido al bar.
Hoy lo recuperaré.
Ya subimos. No recuerdo si te dije que me iba.
Desconecten sus teléfonos móviles.
Habla con mi contestador. Graba tu mensaje después de la señal.
La mayoría de los accidente se producen en los despegues y los aterrizajes.
Los aviones no se caen así, por las buenas, como yo pensaba.
Tienen alas, ¿no? Pues eso.
Si te empiezo a echar de menos en la sala de espera del aeropuerto
se me pasa cuando la azafata me muestra el camino a mi asiento.
¿Desea tomar algo antes de despegar, caballero?, me pregunta.
Por supuesto, señorita. Antes y después.
Aunque el avión se agite en la pista ya, temblando,
no derramo una gota.
Volamos, sí, volamos.
Veremos si aterrizamos también.
Nos queda combustible para 15 horas de viaje.
Será cuestión de tiempo saberlo.
Habla después de la señal.

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