Se afila el rosario y el bigote,
se calza los gayumbos de campaña,
repite cuatro veces: ¡por España!,
presume de prestancia y de cojones.
En el país de Tejero, don Antonio,
nueve milímetros es más que 30 años,
los lobos se meriendan los rebaños,
las vacas flacas embisten con tricornio.
Un veintitrés, ochenta y uno, de febrero,
desenfunda su revólver de vaquero,
y cien guardias, becarios de armería,
peinan a tiros a sus señorías,
que se orinan los trajes, las teorías,
cuando con voz gangosa ordena: "¡Al suelo!".
¡¡¡Que grande!!!. El soneto, eh!, no Tejero.
ResponderEliminarjaume, tío. tú sí que eres grande. nunca había conocido a nadie con entrada en la wikipedia!!
ResponderEliminarjuas, qué bueno
ResponderEliminarSí señor! Por el poema, digo. Que con asuntos militares de por medio hay que concretar.
ResponderEliminarUn virgen por aquí, en estos tiempos. Dando palmas deben estar dando los obispos. Yo las doy para agradecer la visita de los dos, Virgen y Nuria.
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