martes, 8 de febrero de 2011

Ya te habrás ido...

Para cuando quiera creer que esta rutina
es lo que al final nos queda,
que no está tan mal, que sólo necesito conocerla,
medirle los tiempos, encontrarle las esquinas,
saber cómo deshacerla
sin llegar a romperla, me temo que será tarde.
Cuando no quiera huir de todo y todos,
dejar atrás tanto cariño doméstico
para volver a buscar en lo espontáneo,
en ese sexo algo furtivo,
en la pasión sin despertadores,
ya no podré.
Cuando me diga
que esto, razonablemente feliz,
es lo que anhelan todos los que están al otro lado,
que un abrazo siempre ahí dispuesto
puede abrigar más que otro beso soñado,
que la vida, lo siento, es más aquí que allá,
entonces no importará, eso seguro.
Para cuando despierte, y me maldiga,
y me equivoque por haberme equivocado,
cuando me muerda la lengua,
cuando la casa vacía
esté de verdad vacía,
cuando la nueva rutina
sea lo que al final me quede,
de nada servirá.
Ya te habrás ido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario