Un ojo o los dos.
Cualquier
hombre hubiera ofrecido media vida por beber allí.
Sólo los dioses beben en Mímir.
Él
lo había hecho. Él, Odín, maldito, otra vez él.
Nosotros
sólo imaginábamos cómo sería aquel lugar.
El fondo del pozo, el manantial.
Ningún
hombre bebió jamás de allí y lo contó.
Ningún
hombre lo había encontrado nunca.
Desde
niño te lo enseña tu padre cuando empiezas a hablar.
Los
hombres y los dioses
no comparten mesa,
te
dicen.
Y ve a echar de comer a las gallinas.
Y ve a echar de comer a las gallinas.
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