sábado, 18 de mayo de 2013

Pliego las velas, Izo la bandera, Me rindo

Y son todo estos días
repetidos los que me anulan
y me asfixian
frente a una pantalla que tintinea
en una vida que lo fue
y que ahora camina
ya tan así, como sin rumbo, buscando
encontrarse en lo que era, en lo que es,
en lo que quiere adivinar
que será
a pesar de los malos presagios.
Son todos los días
el mismo frente al mar
de una ventana
que me devuelve sombras grises,
canciones en bucle con
letras que se clavan en las yagas
atornillando una realidad
cada tarde peor y puñetera.
Los días que despierto
de una siesta involuntaria
jurando que escuché tu voz
desde la cocina, llamándome
como me llamabas,
acercándose hasta rodearme con los brazos
por detrás, sin sorprenderme
pero queriéndome.
Los mismos días en los que todo se derrumba
y ya sin fuerzas para levantar una sola piedra
del muro de contención
que no he sabido dibujar en plano
me siento sobre el suelo 
y miro al fondo del pasillo
esperando que salgas por la puerta del baño,
con el pelo húmedo y la toalla
protegiéndote, sonriendo, tan sin hablar.
Esos días que me
maldigo, que me insulto, que no quiero conocerme,
que me odio intencionada y lentamente,
que me reniego,
que no me esquivo ya siquiera
y me dejo acorralar.
Entonces entrego las armas
que no he sabido aún cargar.
Pliego las velas.
Izo la bandera.
Me rindo.
Y lloro. 

1 comentario: