domingo, 1 de enero de 2012

A espada

Uno, dos, tres...
contó hasta diez los pasos,
mirando la punta de los zapatos
y un palmo de tierra por delante.
Al décimo se giró.
Cuando escuchó
aquel ruido
mientras veía aquellos ojos
a veinte pasos
de distancia
sólo pudo pensar
que se había equivocado.
Debía haber elegido a espada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario