Volveremos a ese lugar,
donde una vez ya fue.
A esa montaña, a esa playa,
a aquella terraza
y la misma botella de vino.
A donde te escondiste la noche
que empezó a no ser.
Volveremos, quizá, a la habitación que conquistamos,
a la sábana que abandonamos,
a la ventana con vistas a otras vidas.
Volveremos un día, sin darnos cuenta,
a encontrarnos
al final de una lista de la compra
con letra apresurada, cervezas, pan y leche.
Volveremos a mirarnos a los ojos,
ya sin el hoy,
una vez,
cuando el mañana deje de ser solo ayer.